Mar García Puig, diputada de En Comú Podem, en el Congreso de los Diputados. Fotografía :Mónica de Pascalís
Esteve Vallmajor & Elena Martínez
Mar García Puig (1977, Barcelona) es diputada de En Comú Podem en el Congreso de los Diputados desde 2016 cuando la nueva política (Podemos y Ciudadanos) desafió al bipartidismo. Licenciada en Filología Inglesa y editora de profesión ha vinculado su lucha política entorno al movimiento feminista y el colectivo LGTBI. El día en que fue elegida diputada también dio a luz a sus dos hijos y aunque las legislaturas últimamente no han sido de lo más longevas, uno de sus esfuerzos ha sido tirar adelante conjuntamente con las asociaciones un Ley estatal LGTBI que está pendiente de aprobación.
En medio de una pandemia mundial y con la incertidumbre como norma general, Mar García atiende al equipo de El Armario Queer mientras sigue el pleno del Congreso vía telemática para la cuarta prórroga del Estado de alarma. Con la diputada y activista bisexual García Puig hablamos de la necesidad de una ley estatal LGTBI, de la autodeterminación del género, del conflicto con las feministas y las trans o de la representatividad LGTBI en la cultura contemporánea.
¿Cómo estás y cómo has vivido estos días de confinamiento?
Estoy bien. He pasado el confinamiento dentro de la situación bien, con mis hijos, en casa y trabajando a distancia en el Congreso.
¿Considera a España un ejemplo en cuanto a país con derechos LGTBI?
España ha sido durante mucho tiempo un ejemplo y sí que ha ido abriendo puertas en algunas políticas. Por ejemplo, muchas de las leyes autonómicas LGTBI o las leyes Trans en su momento fueron leyes muy innovadoras y consiguieron abrir un camino en el panorama internacional. Por eso mismo, en España siempre corremos el riesgo de acomodarnos y no darnos cuenta que para seguir siendo un referente hay que seguir avanzando. No podemos conformarnos con lo que ya tenemos, sino que tenemos que seguir avanzando. Y por ejemplo, para ser un país que se precie de ser ejemplo en el tema de la comunidad LGTBI es imprescindible que haya una ley de ámbito estatal.
¿Tiene algún modelo o país de referencia en conquista de derechos LGTBI?
Muchos países de Latinoamérica han aprobado algunas leyes. Por ejemplo, en el tema de la ley Trans Argentina sería un referente. Y luego hay diferentes países dentro de la Comunidad Europea, como los países nórdicos donde se han aplicado políticas interesantes.
La ministra de Igualdad Irene Montero en las últimas entrevistas que hizo después de ser elegida ministra no acabó de concretar cómo quedaría el tema de la autodeterminación del género en la Ley Trans. ¿Finalmente no será necesario haberse hormonado durante dos años y contar con un diagnóstico psiquiátrico de disforia de género que exigía la Ley de Identidad de Género de 2007?
La despatologización de la transexualidad es una de las cuestiones más urgentes en nuestro país. Es urgente que haya una ley que modifique esta ley (en referencia a la Ley de Identidad de Género de 2007) que era patologizante y, por tanto, que no se necesite ni ninguna hormonización previa ni ningún diagnóstico psiquiátrico. Esto es uno de los objetivos más claros de esta legislatura que tiene que salir cuanto antes. Mientras esté vigente esta ley estamos sometiendo a las personas trans a una patologización y estamos provocando sufrimiento.
Hay un sector del feminismo que considera que la autodeterminación de género vulnera ciertos derechos de las mujeres, ¿considera que esta polémica entre el colectivo LGTBI y el movimiento feminista es real o es más anecdótico?
Hay un sector, muy concreto y muy minoritario, que está generado ciertos problemas sobre todo porque hacen una lectura del derecho transexual errónea. El movimiento trans ha estado históricamente vinculado al feminismo. Este movimiento feminista, que yo lo encuentro marginal, pero es cierto que está ahí, lo que hace es infundir en las mujeres un miedo que no debería ser tal. Al contrario, deberíamos considerar a las mujeres trans parte del movimiento feminista.
Creo que no hay que generalizar, porque es cierto que es un sector pequeño del movimiento feminista. Pero tampoco hay que minusvalorarlo porque muchas de esas mujeres son académicas, mujeres que están en primera línea política y que por tanto tienen una tribuna de opinión importante y difunden una serie de falacias que pueden influenciar en la sociedad y provocar transfobia.
Uno de los puntos importantes de la ley LGTBI redactada en 2017 por vuestro partido defendía políticas que pretendían fomentar el empleo para las personas trans y considerarlas personas con riesgo de exclusión social ¿Cree que es necesario hacer políticas de discriminación positiva hacia el colectivo LGTBI? ¿o que dicha discriminación positiva hace que la brecha de discriminación aumente?
Igual que con las políticas de igualdad hombre-mujer, hay ciertos momentos y casos donde las políticas de discriminación positiva son la única vía para conseguir la igualdad. En el caso de las personas trans, las mujeres trans tienen unas tasas de desempleo que están alrededor del 85%-90% y esta barbaridad tiene que solucionarse de alguna forma. Por tanto, considerar a estas personas en riesgo de exclusión social es ahora mismo, en vistas a un futuro donde esto no sea necesario, la vía más eficiente para cortar con una discriminación y una precariedad abismal.
¿Se llevará finalmente la ley antes de verano cómo dijo la ministra en la Comisión de Igualdad en febrero o va a retrasarse por el tema de la Covid-19?
Ahora mismo no estamos teniendo actividad parlamentaria al uso, el pleno de hoy está totalmente dedicado a la prórroga del estado de alarma. No estamos realizando plenos en normalidad así que es probable que ese compromiso de llevarlo antes de verano se vaya a extender algo más.
Lo que sí que no va a pasar es que se vaya a guardar en un cajón, hay que seguir avanzando para que realmente seamos un estandarte de los derechos LGTBI.
En esta crisis sanitaria o en cualquier otro contexto de crisis, hemos visto estos días en la guía del ministerio de igualdad, en algunos artículos, en algunas llamadas que se han hecho desde entidades de la comunidad LGTBI que también está afectando especialmente a personas que están en precariedad del colectivo, como las mujeres trans (que ya están en condiciones muy precarias de por si), la consecuente crisis económica que viene también les va a afectar especialmente.
No podemos olvidarnos de una ley que es extremadamente necesaria, me parece complicado mantenerlo de antes de verano pero sí que es algo que se tiene que hacer con urgencia.
Y ¿cuáles son sus impresiones sobre la aprobación o no de esta, crees que el PP se va a mostrar favorable o va abstenerse como ya hizo anteriormente?
No es tanto lo que yo crea si no lo que a mí me gustaría… Me gustaría que el PP se desmarcara de VOX y de la ultraderecha. Es todo grotesco y esperemos que el PP se distancie de VOX en el tema LGTBI, un tema de derechos humanos. Aunque no tiene pinta… todavía hay tiempo para negociar, tiempo para trabajar y para que la sociedad apriete que es cuando más se han conseguido los derechos LGTBI.
En un artículo en el diario El Público de septiembre del año pasado hablas y apuestas por un concepto que desconocemos por completo y que denominas bifeminismo. ¿Por qué el colectivo feminista y el colectivo bisexual deberían hacer camino conjuntamente?
Todo lo que afecte a temas de género y a la lucha LGTBI está muy vinculada a la lucha feminista. Es una forma de construir los géneros y luchar contra la opresión de género. En el caso de la bisexualidad desafía a una serie de binarismos que también desafía el feminismo, el binarismo hombre-mujer, pero también el binarismo homosexualidad-heterosexualidad. Es decir que se nos imponga a hombres y a mujeres una forma de ser y una forma de amar. La bisexualidad intenta luchar con estos binarismos de igual manera que el feminismo.
En su partido algunas personas han reivindicado su orientación sexual.¿Crees que es importante poner en valor la orientación sexual de los cargos políticos?
Es cierto que “saliendo del armario” o como queramos llamarlo, se consiguen romper barreras. Pero también hay sentimientos diversos y es una opción personal que los cargos públicos quieran decir libremente cual su orientación sexual o no.
Me acuerdo cuando Ada Colau lo dijo que fue algo muy difundido y estoy segura de que esto ayudó a las personas que estaban en el armario, que tenían dificultades familiares o sociales para reconocer su orientación sexual. Opino que puede tener consecuencias positivas pero también no hay que forzar a nadie a salir públicamente a decir cuál es su orientación sexual.
Llegaste al Congreso de los Diputados en el 2016 y has podido ver cómo ha evolucionado el panorama político español en los últimos años. También has visto el crecimiento de la formación ultraderechista VOX, un partido que quiere imponer un veto parental en las aulas y que habla del colectivo como un “lobby LGTBI”. ¿Cómo crees que las instituciones democráticas pueden responder a estos ataques al colectivo LGTBI pero también a los ataques que reciben las mujeres, las migrantes, etc?
A la ultraderecha se le tendría que aislar completamente como hacen en otros países. Estamos hablando de cuestiones de derechos humanos porque, al fin y al cabo, las reclamaciones del colectivo LGTBI son reclamaciones de derechos humanos, el feminismo también y los temas migratorios son peticiones muy básicas de derechos elementales. A la ultraderecha se le tendría que aislar y no pactar con ella. Hasta que la derecha de nuestro país, Ciudadanos y PP no entienda que [no pactar con la ultraderecha] es la única forma de aislar un partido que es tremendamente peligroso para los derechos humanos pues... nosotros vamos a seguir denunciando sus mentiras y su forma de hacer política que se basa en generar miedo y en generar violencia. Y a seguir esperando que Ciudadanos y PP no pacten con ellos.
Estudiaste Filología Inglesa, eres editora de profesión y te gusta la cultura. ¿Cómo valoras la representación LGTBI en la cultura contemporánea? ¿Has visto avances en las series o películas de estos tiempos?
Sin duda ha habido muchísimos avances, por ejemplo en el tema de la literatura que es donde yo conozco más. Ha habido avances en las novelas donde hay más personajes LGTBI. Por ejemplo, hay una nueva editorial “Dos Bigotes” que está especializada en temas LGTBI y no solo esa, muchas otras más que están publicando libros, novelas, ensayos que reflexionan entorno al género, entorno a la orientación sexual, las disidencias de género y la comunidad LGTBI.
¿Cual crees que ha sido el motivo de este cambio?
Yo creo que hay una generación que viene empujando muy fuerte y el boom del feminismo ha contribuido a esto, lo veo totalmente vinculado. Las nuevas tecnologías han permitido la socialización de nuestra orientación sexual e identidad de género de nuevas maneras.
Estas nuevas generaciones han ido abriendo puertas y rompiendo barreras, y también el movimiento LGTBI que ha sido muy constante y lleva muchísimos años luchando y acumulando un trabajo que ahora está recogiendo sus frutos.